“Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito. Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria de Cristo. Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo…Pero si alguien sufre por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo.”

1ª. Carta de Pedro 4:12-14,16

 Esta bellísima y alentadora carta, fue escrita a los creyentes en Cristo del Asia Menor, quienes eran perseguidos por el Imperio Romano, su emperador Nerón era una bestia asesina sedienta de sangre. El Apóstol Pedro anima a los hermanos y los prepara para continuar soportando la persecución con lealtad a Cristo. La esperanza consoladora en el Espíritu Santo es el mensaje del pastor Pedro a sus ovejas, para que la presencia del Señor alimentara su fe.

 En nuestro país solamente en algunas zonas rurales se da la persecución, en nuestra ciudad como en otras hay tolerancia, con ciertas excepciones se da el ataque verbal de parientes o conocidos a los nuevos creyentes. En estos casos, como en los otros se debe aplicar las recomendaciones del Apóstol. Deben los creyentes entregarse a su fiel Creador y seguir practicando el bien, experimentar en humildad los mismos sufrimientos que nuestro Salvador tuvo, sin proferir maldiciones, ni venganza. El sufrimiento por Cristo debe producir gozo por la asistencia del Espíritu Santo que fortalece y creer en la justicia de Dios que un día aplicará a los enemigos del evangelio. En las pruebas de otra naturaleza que menciona el Apóstol Pedro, también tenemos esperanza, es asunto de fe en el Señor Jesucristo, dependamos de Él cada día y aceptemos su voluntad.

No estamos a nuestra suerte, Él está con nosotros aun en las circunstancias adversas. Y si tienes algún perseguidor por tu fe en Cristo, recuerda su consejo: “Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen” Mateo 5:44.

Lee 1 Pedro 14:12-16