De todos los mandamientos, ¿Cuál es el más importante?
El 1º. Oye, Israel. El Señor nuestro Dios es el único Señor. “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.”
El 2º. Es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”
No hay otro mandamiento más importante que éstos.
Evangelio de Marcos 12:28-34
Uno de los maestros de la ley llamados Escribas, doctor en Las Sagradas Escrituras, quiso corroborar si Jesús conocía la palabra sagrada y la manera muy simple era preguntarle del principal mandamiento, Jesús respondió correctamente y agregó el segundo. Ciertamente en el Antiguo Testamento la Ley expresa: “No seas vengativo, con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Yo soy el Señor (Levítico 19:18).
Aunque el Escriba, solamente le importaba el concepto de Dios, Jesús le hizo ver que estar en buena relación con Dios, tener una apreciación correcta de quién es, de amarlo no solo con el alma emocional sino con todo el ser; eso es lo principal en la vida del ser humano, pero, además, es importante demostrarlo obedeciendo su palabra, en este caso su mandamiento en favor de otros humanos. El sabio Salomón en sus proverbios expresa: “No intentes mal contra tu prójimo…” “El hipócrita con su boca daña a su prójimo…” “El hombre malo, lisonjero extravía a su prójimo…”. Jesús está enfatizando que el hacer el bien a otros es importante.
Yo interpreto este amor, de ayudar en el área espiritual, porque el Señor no quiere que nadie se pierda. O en el área emocional, llorando con los que lloran, preocupándonos por heridas, desprecios, abandono, etc. o en el área física o material haciendo el bien. Como dijera el Escriba: “Amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos y sacrificios.”
Hagamos el bien en favor del prójimo, no solo con los familiares cercanos o lejanos, sino con otros que están ahí cerca de nosotros o lejos de nosotros que esperan la ayuda oportuna. La intercesión a Dios en favor de ellos es también necesaria. Nuestro amor compasivo nos acerca a Jesús como modelo de servicio y amor compasivo.
Lee Marcos 12:28-34