El apóstol Juan nos asegura: “Mas a cuantos lo recibieron (a Cristo), a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios” (Juan 1:12).
“En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor” (1 Juan 4:18).
“Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe” (1 Juan 5:4).
1. Dedica tiempo a la oración, como el profeta Daniel, tres veces cada día.
2. Descansa en la lectura del libro de los salmos, medita en ellos, estúdialos y el ánimo volverá.
3. Escribe la aplicación de lo que Dios te dice en su palabra.
4. Intercede por los enfermos y por el personal médico.
5. Sé creativo con el uso de tu tiempo.
6. Anima a otros y comparte con ellos tus reflexiones o meditaciones y pregúntales cuáles son sus peticiones porque tú deseas orar cada día por esas necesidades.
7. Asiste a los servicios y escucha los sermones dominicales y los estudios bíblicos que ofrecemos.
Dios contigo, su esperanza y cuidados. Amén.
Lee 1 Juan 5:1-5