MIEDO A LA SOLEDAD  Contrapuesta a la pérdida de autonomía, porque el miedo a la soledad se relaciona con el pánico al abandono, al rechazo o a sentirse despreciado, no amados o que nadie respete ni valore nuestra vida. Los divorciados si no recibieron terapia de ayuda o cura, así como los hijos, está en ellos en su interior raíz de amargura, de celos y el recuerdo, que al principio provocó miedo al abandono o rotura de la relación, los valores son pisoteados y hay un reflejo asociado con los hijos o miedo al futuro de los hijos con quienes se casen. Algunos sustituyen la soledad uniéndose con otra persona con cierta incertidumbre si no volverá a suceder. La muerte del esposo produce en la esposa una soledad que nada lo puede llenar, sobre todo, si fue un magnifico esposo, necesitan el apoyo para reforzar sus emociones con la ayuda del Espíritu Santo. El miedo a envejecer es un verdadero problema, si no se tiene el apoyo de los hijos, cuando los hijos son responsables cuidan de ellos en lugar de llevarlos a un ancianato, aunque hay casos que ellos lo prefieren. La soledad provoca en los ancianos tristeza, o depresión aguda, inestabilidad y pierden la esperanza de que mejore su situación.

Jesús de Nazaret dijo a sus discípulos “ustedes huirán, me abandonarán, me dejarán solo” (Juan 16:32) y sucedió.  En medio de su angustia y soledad dijo: “Mi alma está muy triste hasta la muerte, quédense aquí y manténgase conmigo despiertos” Se durmieron sus tres amigos (Mateo 26:38).  El  apóstol Pablo estando en la cárcel expresó con melancolía: “todos me han abandonado”. Si te encuentras en esta soledad, depende de tu Señor Jesucristo que Él conoce y sabe lo que sientes, Él te dará la ayuda, el consuelo, “su ángel está con los que le temen y confían en él”. ”Hermana tan pronto se pueda. Relaciónate y amplía tu círculo de amistad.

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Lee Salmo 22:1-11 y 14 al 19  te agradará.