Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús. Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros.

Apóstol Pablo a Timoteo (2 Timoteo 2:1-2)

La Biblia es un libro de instrucciones. Desde el principio, la revelación  de Dios a Moisés y a los demás escritores del Antiguo Testamento se les dio las instrucciones básicas, necesarias y fundamentales, para que cada quien de los líderes y gente seleccionada desempeñara sus funciones, para que hubiera orden, disciplina y servicio en la comunidad. El pueblo tenía que sujetarse a la autoridad de los líderes para que pudieran funcionar. El Señor Jesucristo dedicó tres años para instruir a sus discípulos, no solo con palabras, sino en la práctica de cómo deberían funcionar dentro de la comunidad de creyentes y en la expansión de su reino, porque Él se iría al cielo para estar con su Padre y ellos tendría  que realizar su obra. El apóstol Pablo, dedicó tiempo para hacer lo mismo; instruir a los creyentes para que predicaran el evangelio, discipularan a los nuevos creyentes en el ejercicio de sus dones que el Espíritu Santo les había otorgado para servir a la iglesia o comunidad de creyentes, y a la vez ellos deberían hacer lo mismo con los nuevos convertidos a Cristo.

Con toda seguridad, tú has descubierto el don o los dones que el Espíritu Santo te ha otorgado en el momento de tu conversión a Jesucristo. Debes haber recibido instrucciones de cómo usar tu don o dones para servir a la iglesia local y tu participación en el entendimiento del evangelio. Si no fuera así, sigue estos pasos:

  • 1. Lee los pasajes que describen los dones espirituales.
  • 2. Ora al Señor y al Espíritu Santo para que te revele cuál es ese don que te dio.
  • 3. Busca instrucción sobre ese don o dones con un cristiano maduro o con el pastor de la iglesia.
  • 4. Pon en  practica ese don, si tienes resultados será la confirmación, y si no los hay, continúa con otro don.

Al estar capacitado (a) serás de bendición y el Espíritu Santo te dará otro don y te usará para beneficio de nuevos creyentes o simpatizantes con el evangelio. Manos a la obra, con entusiasmo, tendrás linda satisfacción y estarás obedeciendo a tu Señor y Salvador.

Lee 2 Timoteo 2:1-7