“¡Alégrate mucho, hija de Sion! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, salvador y humilde. Viene montado en un asno, en un pollino cría de asna.”
Libro del profeta Zacarías 9:9
Esta profecía de Zacarías se cumplió el primer día de la última semana de vida de Jesús el Mesías, era la semana de la pascua. Este relato lo registran los cuatro Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Quienes acompañaban a Jesús a Jerusalén, fueron Mateo, Juan y los demás apóstoles, así como una multitud de sus discípulos. Se conoce como la Entrada Triunfal de Jesús a Jerusalén. Zacarías hace mención del Mesías prometido como rey. El gobernador Poncio Pilato, escribió en tres idiomas un letrero que colocaron en la parte superior de la cruz donde estaba el Mesías: -Este es Jesús el rey de los judíos-. En verdad, Jesucristo desde entonces, es Rey de reyes y Señor de señores.
El profeta hace mención de tres cualidades del Mesías: Justo, Salvador y Mesías. Respecto a que Jesús fue justo lo creemos, porque Él fue sin pecado, es por eso que nosotros los pecadores acudimos a Él para ampararnos en su justicia para que Dios nos perdone y nos declare sin culpa. Salvador, todo ser humano que crea que Jesús es Hijo de Dios; acepte su muerte en la cruz y su resurrección es salvo, su alma es salvada, entra en una relación con Él y se convierte en un fiel seguidor, por eso nos llaman cristianos. Humilde, la humildad es una virtud que nos habla de sujeción a una autoridad, esto hizo Jesús, obedeció a Dios su Padre para dar su vida en sacrificio, la humildad es contraria a la altivez y soberbia.
La persona humilde pone al servicio de los demás sus cualidades, habilidades y capacidades, esto hacía Jesucristo. Humilde, pero no agachado, ni servil. Debemos vivir en la justicia y salvación de Jesucristo, ser humildes, reconociendo nuestra condición de imperfectos. Que la vida de Cristo se refleje en nuestro testimonio de vida cada día.
Lee Zacarías 9:9–17