Primera carta de Pedro 3:8-14

Conciencia se define como: el conocimiento que el ser humano tiene de su existencia, de sus estados y de sus actos. También se puede definir desde el punto de vista bíblico como: facultad interior que juzga la rectitud moral de los pensamientos, las palabras y las acciones independientemente de los deseos o las inclinaciones de la persona. 

El apóstol Pedro está haciendo recomendaciones a sus lectores sobre sus relaciones humanas, en forma particular a los creyentes cristianos que forman la iglesia o la comunidad. Lo declara en los versículos 10, 11 y 12 

Ama la vida y ve días buenos refrenando tu lengua y tus labios de engaños. Tenemos que reconocer que en el enojo a veces decimos expresiones que son inconvenientes, ofendemos. Así mentimos para justificarnos o engañamos por conveniencia. Es pertinente el consejo, y debemos ponerlo en la práctica.

Apártate del mal y haz el bien. Eso hace alguien que tiene una buena conciencia. Es muy fácil caer en la tentación para afectar a otra persona o a otros, inclusive a nosotros mismos. El ser humano por naturaleza es fácil de ser seducido. Lo contrario es lindo hacer el bien a los que amamos y al prójimo quien sean esas personas. Hacerlo nos hace menos egoístas.

Buscar la paz y practicarla. Tendemos ser rencorosos con los que nos ofenden, nos cuesta perdonar y a veces lo hacemos condicionando el perdón. Por otro lado si nosotros somos los ofensores, debemos buscar a la persona o personas para pedir el perdón sin justificación alguna. Es maravilloso vivir en paz porque nuestra conciencia estará tranquila. 

Ser justos en toda relación y en todo compromiso. Eso le agrada al Señor nuestro Dios porque su justicia permanece para siempre. Y la recompensa de Él es que, presta oídos a nuestras oraciones. Pendiente a mis peticiones que resolverá toda necesidad, sea espiritual, emocional, física o material. Vivamos cada día con buena conciencia en todo y con todos incluyendo a Dios.

Lee 1 de Pedro 3:8-14