El problema de la familia cristiana de este tiempo moderno, está en el hecho de que hemos descuidado el orden divino que Dios ha establecido para ella. Tiene que ver con la vinculación en la autoridad y en el orden en los miembros de la familia establecido por Dios de manera específica para cada miembro de la familia.

El orden de Dios para el hogar es de autoridad y responsabilidad. Comprendemos que Dios es la cabeza de Cristo, y él es la cabeza de todo hombre y el hombre es cabeza de la mujer. Esto es lo que dice el Apóstol Pablo en 1ª Corintios 11:3 : “Y los hijos bajo la autoridad del padre primeramente y de la madre”. Y en Colosenses 3:20 : “Así que cada miembro de la familia vive bajo la autoridad de la “cabeza” que Dios ha designado”. 

“CRISTO, la cabeza del esposo: Señor de la familia.

ESPOSO, cabeza de la esposa: padre principal autoridad sobre los hijos.

ESPOSA, la ayuda idónea del esposo (Génesis 2:18); autoridad en segundo lugar sobre los hijos.

HIJOS, obedientes  a los padres y a Dios.”

(Larry Christenson)

Dios es soberano y sabio. Desde la creación del universo, del mundo y del hombre, puso leyes para cada asunto, todo lo organizó perfectamente y  estableció el orden.  Cuando el hombre o la mujer atentan contra este orden se afecta la responsabilidad de cada miembro de la familia y comienzan a actuar en forma disfuncional y surge el caos, la familia se divide, surge la separación y el divorcio: luego llegan las consecuencias en las que alguien o todos salen afectados.

¿Qué es lo conveniente?; seguir el orden establecido para la familia que Dios dispuso, para que los esposos, padres e hijos fueran felices y reinara la armonía y la prosperidad en todos los ámbitos, la sujeción a Dios y a su palabra es la clave de un hogar exitoso y de una familia feliz. 

No nos apartemos del orden original de Dios y que nuestra fe esté cimentada en Cristo, nuestro Salvador y Señor, cabeza de la familia.

Lee 1a Corintios 11:3 y Colosenses 3:18-21