Pablo a los Romanos 15:8-12

Jesús nació judio, nació como el Mesías de Dios para el pueblo de Israel. Dios tenía dos objetivos para el ministerio de Jesús:

El primero era confirmar las promesas hecha a los padres (9:4-5). El Segundo era para que, “y que” los gentiles glorifiquen a Dios por su compasión, cómo está escrito (versículo 9).

Dios había hecho pactos solo con el pueblo de Israel, “Por eso te alabaré entre las naciones; cantaré salmos a tu nombre” (9:4), no con los gentiles (Efesios 2:12). De modo que Dios no tenia promesas de pacto que confirmar a los gentiles. Cualquier bendición espiritual destinada a los gentiles surgía únicamente de la misericordia divina. Sin embargo, Dios se propuso en la eternidad bendecir a los gentiles en forma espiritual a través del Señor Jesús como su mesías  y a través de los pactos hechos con Israel (Génesis12:3 – Juan 4:22).

En la época actual al marginar a la nación de Israel (Romanos 11:1-31) y al formar la iglesia universal tanto de judíos como de gentiles (Efesios 2:14-22), se están realizando ambos objetivos del ministerio de Cristo, ya mencionados. En el futuro también se lograrán los dos objetivos, cundo se de al pueblo de Israel su posición como cabeza de todas las naciones; entonces vendrá a ser otra vez un medio de bendición para todos (Deuteronomio 30:1-10), para demostrar la validez de lo dicho acerca del ministerio de Cristo y sus propósitos.

El apóstol Pablo citó 4 pasajes del Antiguo Testamento con la formula: como está escrito (en el tiempo perfecto del verbo sería: -ha quedado escrito-), es trascendente el que estas citas provengan de las tres divisiones del Antiguo Testamento “la ley de Moisés, los profetas y los salmos” (Lucas 24:44), y expresados de tres grandes héroes judíos: Moisés, David e Isaías.

La primera cita: Romanos 15:9  viene del canto de liberación del Rey David (2 Samuel 22:50, Salmo 18:49). La segunda cita: Romanos 15:10 viene del canto de despedida de Moisés del pueblo de Israel (Deuteronomio 32:43). La tercera cita: Romanos 15:11 del capítulo más corto de la Biblia y que está en medio de ella, el Salmo 117:1. La cuarta cita: Romanos 15:12 viene de la profecía mesiánica escrita por el profeta Isaías 11:10.

Se puede rastrear una progresión en el pensamiento paulino a través de las cuatro citas. En la primera, David alabó a Dios entre los gentiles. En la segunda, Moisés exhortó a los gentiles: “Alégrense naciones con el pueblo de Dios”. En la tercera, el salmista ordenó a los gentiles alabar al Señor. En la cuarta, el profeta Isaías predijo que los gentiles vivirán bajo el régimen de la raíz de Isaí y que en él depositarían su esperanza. El Antiguo Testamento nunca presentó a los gentiles como coherederos con el pueblo de Israel y co participantes de la promesa en Cristo Jesús, (Efesios 3:6) pero si los vio, como beneficiarios de la bendición de Dios cuando Él cumpliera sus promesas del pacto con su pueblo Israel.

Remontémonos al cielo, la alabanza a Dios según el libro de Apocalipsis desde el primer capítulo hace mención (1:5,6, 4:8,11; 5:13) de la alabanza de los gentiles desde el tiempo del apóstol Pablo hasta nuestros días ha evolucionado: salmos, himnos y cánticos (Efesios 5:19-20), maravillosa alabanza de todos los pueblos y razas del mundo. 

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