Salomón tiene muchos dichos que estimulan a sus lectores, este por ejemplo:
“El corazón alegre hermosea el rostro ; Más por el dolor del corazón el espíritu se deprime. Todos los días del afligido son difíciles; Más el de corazón contento siempre es día de fiesta.”
Proverbios 15: 13,15
La vida del ser humano sin la alegría es deprimente y contagia la tristeza a los que están cerca. Salomón tiene razón, porque siendo la existencia del hombre y de la mujer tan breve, es importante disfrutarlo con actitud entusiasta, alegre y feliz. Las circunstancias cambian repentinamente, cuando estas son negativas afecta a dónde más duele, entonces el estado anímico de las personas es afectado. ¿Por qué no luchar para que no te afecte en tus emociones? Somos dados a ser muy susceptibles ante lo que nos llega y lastima cierta área de nuestra persona. Debemos razonar, no todo está perdido y con la ayuda de nuestro Padre Dios podemos salir de esa situación adversa. Es mejor, como dice Salomón tener la alegría, el gozo y ser feliz y expresarlo en nuestro rostro, para que otros vean que creemos que Dios tiene el control, les sirva nuestro testimonio para cuando ellos la estén pasando mal.
Es muy importante tener el control de nuestras emociones para no caer o ser alterados por esa afectación. Vivamos en la victoria de Cristo Jesús, en su vida diaria, de enseñanza, de trabajo o de fraternidad, siempre tuvo la misma actitud y en su rostro se notaba, era un hombre feliz y alegre y contagiaba a sus discípulos. Solo se deprimió en Getesemaní, ante la sombra de la muerte de Cruz, después de su lucha espiritual del cual salió victorioso, la tristeza se desvaneció. Pudo enfrentar la muerte con entera satisfacción la cual hacía por amor, y el amor echa fuera el temor. Seamos felices y alegres en todo tiempo sin perder la esperanza en Dios.