Yo, el Maestro, fui rey de Israel y viví en Jerusalén. Me dediqué a buscar el entendimiento y a investigar con sabiduría todo lo que se hacía debajo del cielo. Pronto descubrí que Dios le había dado una existencia trágica al género humano. Observé todo lo que ocurría bajo el sol, y a decir verdad, nada tiene sentido, es como perseguir el viento. Lo que está mal no puede corregirse; lo que sea perdido no puede recuperarse.

Eclesiastés 1: 12-15 Traducion (NTV)

El hombre desde que existe siempre ha buscado el sentido de la vida. Ha diseñado algunas formas de encontrar la respuesta, por ejemplo, las escuelas de  filosofía,  para analizar los diferentes pensamientos de los grandes maestros y definirse por una de esas corrientes para practicarla y descubrir el por qué de la existencia humana. Pero en su batallar llegan a considerar, que la vida es un absurdo, “es como perseguir el viento”, a esa conclusión llegó el sabio Salomón después de haber investigado, analizado y observado para declarar: “nada tiene sentido”.

Tú que piensas, ¿tiene sentido tu vida? Jesucristo dijo que “la vida vale más que la comida y el cuerpo más que la ropa” El le está dando más valor a la existencia, ya que el ser humano se enfoca en ser feliz por medio de una filosofía materialista. También afirmó, para aquellos que consideran que la vida es un absurdo:  “Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mi, y yo les haré descansar”  —(Mateo 11:28 TLA)

Mientras el hombre viva en la oscuridad existencial no le encontrará sentido a la vida, por eso Jesucristo, el hombre perfecto, vino para darnos luz y así descubrir que tiene sentido la vida. Él lo dijo: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” -(Juan 8:12). Vengamos a la luz y tendremos respuesta a nuestras interrogantes. Cristo es la vida verdadera y te la ofrece.

Lee Eclesiastés 1:12-17, Mateo 11:28-29