LA AFLICCIÓN o los sufrimientos NOS HACE ANALIZAR LAS ESCRITURAS SAGRADAS CON MAYOR DESEO PARA OBTENER AYUDA. En vez de no darle importancia. Analicemos nuestra vida presente, ¿hay algo que te está impidiendo tener paz, tranquilidad, salud, o solución a los asuntos materiales,  o algún otro problema o dificultad? Necesitamos la ayuda de la palabra de Dios, tenemos que escudriñarla, investigar qué nos dice, cómo solucionar nuestra situación. En este sagrado libro, que es el manual de la vida encontramos la solución a todo tipo de aflicción.

LA AFLICCIÓN NOS LLEVA A COMPARTIR EL SUFRIMIENTO DE CRISTO. De manera que tengamos comunión intima con Él y estemos prontos a ver el mundo a través de sus ojos. En el sufrimiento de otros se percibe mejor cuando recordamos el sufrimiento de Cristo y eso es un elemento que nos ayuda, es útil también para ayudar a otros. Nos provoca un sentimiento compasivo, y sincero  para ayudar. Hay muchos que sufren en nuestro entorno, familiares, amigos, conocidos que les sería benéfico compartir los sufrimientos de Cristo Jesús. Hablarle de ello disminuye la obsesión en esas personas.

LA AFLICCIÓN MORTIFICA LOS DESEOS CARNALES QUE SON ENGAÑOSOS Y NOS DISTRAEN. Y al mismo tiempo nos lleva a un estado espiritual que encaja más con la Palabra de Dios. Hay deseos engañosos que son un absurdo como: la codicia, la avaricia, el egoísmo, la apatía, el hurtar, maldecir o desear el mal a otros, los pleitos, la ira y un sin número de males.

Que el Espíritu Santo nos de la gracia para aceptar estos consejos. Si estás en medio de una aflicción procura salir de ella aplicando la palabra de Dios y obedecerla. Tengamos paz, seguridad y felicidad. Eso nos dará satisfacción, alegría que nos ofrece Dios por sus consejos por medio de Jesucristo.

Lee Salmo 119:73-80