¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrable sus juicios e impenetrables sus caminos! ¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quien ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague? Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.

Carta del apóstol Pablo a los Romanos 11:33-36

Después que el apóstol Pablo ha declarado en el capítulo 11:25-32, que el pueblo de Israel ha sido elegido por Dios, por lo tanto amados por Él por causa de los patriarcas, con quienes hizo un pacto, que sus descendientes serían su nación escogida y cuando el redentor venga, es decir el Mesías, para los gentiles el retorno de Jesucristo, todo Israel será salvo como resultado de la misericordia de Dios. Y continúa el apóstol con una doxologia, es una alabanza breve a Dios por lo que Él es. Menciona tres de las perfecciones de Dios: su sabiduría, su conocimiento y sus juicios.

La sabiduría de Dios es la capacidad de su conocimiento y habilidad absoluta para todo, Él es la sabiduría, manifestada en su creación, y en la redención. Su Conocimiento no es un aspecto teórico sobre la naturaleza de Dios, sino es un conocimiento práctico de su soberanía y sus mandamientos. Aplicado a la relación de Dios con el hombre, implica, una relación existencial y vital. Todo lo sabe del hombre, es su creación y lo ama. Los juicios de Dios basados en su justicia perfecta, juicio contra el pecado del hombre, juicio de las naciones gentiles y los individuos, juicio contra la nación de Israel, juicio contra los ángeles caídos y el diablo, juicio final. Hay juicios temporales como castigos por la codicia del hombre contra la naturaleza y contra el hombre mismo. Las perfecciones de Dios son maravillosas y muy difíciles de razonar, pero algunas son de aplicación para nuestro bien. Debemos alabarlo por ellas y por lo que Él es y lo que significa para nosotros.

Lee Romanos 11:25-36