Salmo 3

Este Salmo es maravilloso, su enfoque es hacia una persona que se encuentra en angustia, desesperado o agobiado.

Escrito por el Rey David cuando su hijo Absalón quería matarlo, este se había sublevado contra el reinado codiciando ser rey de Israel. Absalón era un joven inteligente pero poco sabio. En su locura de venganza asesinó a su medio hermano Amnón, por causa de su hermana Tamar que fue violada por Amnón, quien tenía por ella una pasión enfermiza. El Rey David se enojó mucho por la acción de Amnón. A los dos años fue asesinado, Absalón huyó del Rey David, escondido durante tres años. Fue perdonado por su padre y posteriormente se reveló contra él.

Como David no quería enfrentarlo y que lo mataran por eso huye de su hijo quien si tenía intención de matar a David.

David hace una oración de lamento por estar en desgracia familiar.

El salmista declara que otros aseguran “que Dios no lo salvará”. Su fe es inquebrantable y confiesa abiertamente que el Señor viene en su auxilio, es su escudo, su gloria, su vindicación. Su fe sincera logra que el Señor lo escuche “desde su Monte Santo y le responde”. Su sueño es tranquilo, no padece insomnio, despierta con la seguridad que “Dios lo sostiene” en su adversidad, “Él es su Salvación” ante el enemigo que lo acosa con su ejército.

Cuando estés en aflicción, agobiado y sin esperanza, imita a David, deposita tu angustia y tu fe en el Señor, Él te proveerá de fortaleza, te salvará de la situación que tengas y dormirás tranquilo porque Él es también tu socorro.

Confía en el Señor, tu Dios Todopoderoso, todo está bajo su control.

– Pastor Orel Ochoa (extraído del libro Meditaciones en los Salmos del Rey David)

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