TENEMOS ACCESO O ENTRADA A LA GRACIA

Es lo que dice el versículo 2. Implica dos figuras el término entrada en griego:

1) es el término común para referirse a la introducción o presentación ante la presencia de la realeza.

2) es el término común para referirse al acercamiento del adorador a Dios.

Es como si el escritor dijese: ” Jesucristo nos abre las puertas a la presencia del Rey de reyes; y cuando esas puertas se abren lo que encontramos es Gracia, no condenación, ni juicio, ni venganza, sino la pura inmerecida bondad de Dios. La gracia de Dios es estar en cierto estado o circunstancia agradable y perfecta, estar en el favor divino. Y debemos estar firmes o estables. Parafraseando lo que dice el apóstol sería así: “Es además a través de Cristo que hemos ganado nuestra entrada a esa condición de favor divino en la que estamos firmes”. 

La fe en Cristo produce paz y alegría: dice el apóstol ” así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios” (versículo 2b). Esa es la vida venidera con Dios, por lo tanto, no tengamos temor si las cosas se ponen difíciles en nuestra persona y aunque llegara la muerte no perdamos la esperanza de la gloria que se nos ha ofrecido por nuestro amado Salvador. También atrevámonos a regocijarnos o alegrarnos en esta salvación. Somos peregrinos, pero no perdamos nuestra alegría. Tampoco perdamos de vista esa gloria que Dios nos ofrece. El apóstol agrega, versículo 3 “y no sólo esto, sino en nuestros sufrimientos” porque este produce perseverancia o paciencia. Y esta produce carácter y el carácter produce esperanza y la esperanza no defrauda por el amor de Dios derramado en nuestro ser por el Espíritu Santo.”  La alegría o gozo debe acompañarnos en toda circunstancia. 

Debemos continuar creciendo en la fe, porque continuará produciendo paz y alegría. Con entusiasmo subamos la escalera de la fe peldaño por peldaño y lograremos alcanzar lo que ya tenemos en nuestra mente, de ser y hacer. Y continuar subiendo hasta lograr por fe la gloria de Dios, porque un día sucederá, partiremos para estar con Él.

Lee Romanos 5:1-5