En su libro de los proverbios en el capitulo once, el sabio señala estos y otros contrastes como práctica cotidiana de muchas personas. Los elementos negativos tienen un resultado lamentable. Los elementos positivos son agradables al Señor.

Es conveniente examinarnos en los contrastes morales cuando leemos Las Sagradas Escrituras para corregirnos, y dejar esa práctica que nos traerá juicio temporal. Es mejor recibir, que retener la bendición de Dios. Cuando somos honestos con el prójimo lo somos para el Señor, cuando afectamos al prójimo el Señor lo recordara en el momento y en la circunstancias en que nos encontremos, y aplicará la disciplina conveniente a pesar de nuestros ruegos que lo quite.

No olvides esta verdad: “Si los justos reciben su recompensa en la tierra, ¡Cuánto más el impío y el pecador!“(v.31)

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