“Más Él demuestra su amor a nosotros, en que aun pecadores siendo nosotros, Cristo por nosotros murió”

A los romanos 5.8 NTI

Gran misterio el amor de Dios, no lo podemos comprender del todo, lo creemos, lo recibimos y debemos vivirlo cada día. Su Hijo Jesucristo siendo justo murió por el género humano, y Dios prueba que nos ama. Primeramente, esto se cumplió en el momento preciso, el Apóstol Pablo lo declara en la carta a los Gálatas 4.4. Por lo débil del hombre que ha sucumbido ante el pecado, sin fuerzas para enfrentarlo es por eso que Jesús se ofreció voluntariamente para vencer al pecado y al tentador el Diablo. Su muerte fue en sustitución para que el hombre no muera eternamente, sino que sea salvo en él para tener una vida nueva, diferente y eterna.

El ser humano necesita ser amado, algunos no son amados ni por sus padres o familia, otros fracasan en sus relaciones de amor una y otra vez.  Otros abusan de la personas o personas que los aman y otros son tan indiferentes, fríos, para amar y nunca aprender amar, otros no creen que Dios los ama o que Cristo haya muerto por amor a los humanos. Aun así, Dios demostró su amor por medio de Cristo, lo crean o no los seres humanos. La gran verdad también incomprendida es que Cristo murió por nuestra culpabilidad ante Dios, quien odia el pecado, pero tiene gran misericordia por los pecadores y aun por lo que no se consideran pecadores.

¿Qué vas hacer con el amor del Señor?  Esta fue la pregunta del profeta Jeremías quien en varias ocasiones que confrontó a su pueblo al despreciar la misericordia y el amor de Dios, y declara: El Señor se me apareció y me dijo: “Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongare mi misericordia” (Jeremías 31:3). El pueblo de Israel no supo aprovechar esta paciente misericordia y perecieron. ¿Y TU?, no esperes la muerte sin antes aceptar su amor y el amor de Cristo, recíbelo en tu vida como tu Salvador y Señor.

Lee Romanos 5:1-11