“Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.”

Juan 15:5

Es nuestra relación con Jesucristo lo que nos conecta a la Vid de Dios. Podemos caer en la desgracia en la que cayó la nación de Israel, con ciertas excepciones. Porque podemos ser pámpanos inútiles de tres formas:

1) Podemos negar a escuchar y obedecer a Jesús.

2) Podemos escucharlo y luego servirlo de la boca para afuera sin demostrar nuestra devoción en los hechos.

3) Podemos aceptarlo como Maestro y luego, ante las dificultades que ofrece su camino no obedecerlo o Podemos abandonarlo.

La inutilidad invita al desastre y el pámpano sin fruto se dirige hacia la destrucción. Esta es la gran verdad que presenta Jesús.

Continúa…

Lee Juan 15:5-6